Sobre el autor

He ejercido la abogacía y el periodismo durante casi medio siglo. La primera es hoy una actividad residual y esporádica, soy un letrado a regañadientes y no cobro honorarios. Soy un galeote jurídico atado al banco de la amistad. Soy muy amigo de mis amigos y, como de tanto en tanto alguno de ellos tiene un litigio con Hacienda o una falta de entendimiento con su pareja, me pongo la toga y estoy a su disposición sin mirar el reloj. Solo si me veo capaz de ser útil. A veces es un engorro que sublima la amistad, como los monjes y las monjas –creo- superan su prurito sexual fundiéndose con su divinidad imaginaria.

En cambio, sigo enamorado del periodismo. Como el primer día. Y sé que él siempre me será fiel. Quizás sea una relación interesada porque el paso de los años te amortiza, te despoja de muchos amores, que te abandonan en busca de besos jóvenes. Y yo me he vuelto un poco frío, indiferente y hasta cruel. Sin embargo, el periodismo, el hermano pequeño de la literatura, siempre ha sido compasivo conmigo. Esbelto y siempre joven, nunca me ha sido esquivo ni me ha sometido a la tortura de los celos. Pese a mi fatiga existencial, a mis errores y mis excesos. Armonía, consuelo y un refugio cálido contra la inevitable amargura de los años. Eso es lo que significa para mí el periodismo.

Felix Bornstein

Félix Bornstein (Madrid, 1965) es abogado fiscalista. Ha publicado columnas y análisis en Cuarto Poder, 20 Minutos, El Confidencial, El Independiente, El Mundo y otros. En La quinta esquina —un homenaje a la obra de Izraíl Métter— publica columnas sobre actualidad política y fiscal y relatos cortos de ficción. Contacto: fbornstein@gmail.com